En Alcachofas Cynara únicamente vendemos productos de gran calidad y gracias al proceso de envasado se mantienen al punto. Sin embargo, cuando se compran alcachofas frescas debes tener en cuenta que no siempre lo están, siendo su mejor época de consumo entre noviembre y marzo.
Un truco es fijarte en su aspecto. Si a simple vista tienen manchas negras, típico en el invierno, no te precipites. Comprueba el estado de la parte interior de las alcachofas porque el corazón suele mantenerse fresco:
Asimismo, escoge las alcachofas de más peso en proporción a su tamaño y con yemas gruesas de color verde claro. Asegúrate, acercándotela al oído y apretando en la zona del rabito, debe crujir un poco. Si por el contrario se hunde con facilidad, están pasadas.
Retira las hojas externas de las alcachofas hasta ver otras más tiernas y amarillas. Corta y pela el rabito y resérvalo. Retira la parte dura de esa zona. Después corta entre un tercio y la mitad del fruto, dependiendo de su color de verde.
Una vez abiertas en gajos comienza la oxidación de las alcachofas, ennegreciéndose con rapidez. Evítalo haciendo lo siguiente sobre una hora antes de cocinarlas:
Lo mejor es comer alcachofas crudas, añadiendo trozos de su corazón fresco en ensaladas por ejemplo, pero no siempre se pueden comer así. Como alternativa, hazlas al vapor o cocidas en poca agua, sólo hasta cubrir y después usa el caldo en sopas. Si decides asarlas no cortes las puntas de las hojas o se secarán. En cualquier caso, no se deben cocinar en exceso para no cambiar su textura, sabor y propiedades.
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